(NICE) Actualización de la guía de práctica clínica de EPOC

Con el título Chronic obstructive pulmonary disease: Management of chronic obstructive pulmonary disease in adults in primary and secondary care, el National Institute for Health and Clinical Excellence ha publicado en su página web la actualización de su guía de práctica clínica basada en la evidencia de EPOC, que data de 2.004. Además de la guía en formato completo, podemos encontrar un formato resumido, otro para usuarios del NHS y material para su implementación (como una herramienta de evaluación y una presentación en PowerPoint con sus aspectos más relevantes). La guía está orientada al tratamiento y cuidado de los pacientes adultos con EPOC en atención primaria y hospitalaria, como puede deducirse de su título. Esta enfermedad, se estima que afecta en el Reino Unido a unos 3 millones de personas, siendo su principal causa el tabaquismo.

Una característica de la EPOC, enfermedad en la que la obstrucción de las vías aéreas es progresiva, es que no suele diagnosticarse hasta que el paciente se encuentra en la cincuentena. El diagnóstico se realiza mediante la combinación de datos procedentes del historial personal y el examen médico y se confirma mediante una espirometría. Otra característica son las frecuentes exacerbaciones, que provocan un rápido empeoramiento de la sintomatología.

La GPC está estructurada en 27 apartados, de los cuales destacamos los siguientes: diagnóstico de la EPOC; tratamiento de la EPOC estable (tratamiento inhalado monoterápico, tratamiento inhalado combinado, tratamiento oral, terapia oral e inhalatoria combinada, oxigenoterapia, ventilación no invasiva, tratamiento de la hipertensión pulmonar, rehabilitación pulmonar, vacunas y terapia antiviral, tratamiento multidisciplinar, ejercicio y seguimiento del paciente con EPOC) y tratamiento de las exacerbaciones de la EPOC.

En cuanto a sus recomendaciones, queremos resaltar las que siguen:

  • El diagnóstico de este enfermedad debe barajarse en pacientes de más de 35 años con factores de riesgo (generalmente, tabaquismo) y disnea de esfuerzo, tos crónica, producción de esputo y frecuentes afecciones bronquiales en invierno o sibilancias.
  • La presencia de obstrucción del flujo aéreo debe confirmarse con una espirometría postbroncodilatación. Todos los profesionales sanitarios implicados en la atención de los pacientes con EPOC deben tener acceso a esta prueba diagnóstica y ser competentes en la interpretación de los resultados.
  • Se debe promover el abandono del tabaco en los pacientes con EPOC como uno de los aspectos más importantes del tratamiento. Así mismo, se debe abordar el tabaquismo en todos los pacientes que sigan fumando, independientemente de la edad y ofertarles ayuda para que dejen de fumar, en cualquier oportunidad que se presente.
  • En personas con un EPOC estable que permanezcan sintomáticos o sufran exacerbaciones a pesar del uso a demanda de broncodilatadores inhalados, se debe ofertar el siguiente tratamiento de mantenimiento: si el FEV1≥ 50% del esperado: un BALD o un anticolinérgico de acción larga. Si FEV1<50% un BALD asociado a un corticoide inhalado o un anticolinérgico de acción larga. Los pacientes sintomáticos o con exacerbaciones a pesar de tomar un BALD + anticolinérgico de acción larga, son candidatos a un tratamiento combinado de estos 3 tipos de fármacos, independientemente de los valores de FEV1.
  • Se debe proporcionar rehabilitación pulmonar a todo paciente que la necesite. La rehabilitación debe ofertarse a todos los enfermos con EPOC, incluyendo a los que han sufrido un ingreso reciente debido a una exacerbación.
  • La ventilación no invasiva debe utilizarse como tratamiento de elección en la insuficiencia respiratoria hipercápnica persistente que no responde al tratamiento farmacológico.
  • La frecuencia de las exacerbaciones puede reducirse mediante un uso adecuado de  la terapia inhalada y la vacunación.
  • Se puede minimizar el impacto de las exacerbaciones: dando pautas de autoayuda para actuar de forma precoz ante los síntomas de una exacerbación; comenzando un tratamiento apropiado con corticoides inhalados y/o antibióticos; utilizando la ventilación no invasiva cuando esté indicada; utilizando esquemas adecuados para una transición hospital-domicilio de los pacientes, tras el alta hospitalaria.
  • El abordaje de la EPOC debe ser multidisciplinario.

Sin duda alguna estamos ante un documento de gran importancia, extenso (673 páginas), muy completo, que nos puede ayudar a realizar un diagnóstico y tratamiento más efectivo de esta enfermedad. En la guía se da gran relevancia al uso adecuado de los tratamientos farmacológicos disponibles (inhalados u orales, en monoterapia o en combinación) destacando por tanto aspectos clave como las indicaciones y el escalonamiento de los tratamientos (hacia arriba y hacia abajo) o las dosis utilizadas. Queremos terminar comentando que, a veces, los resultados no son los apetecidos porque anteponemos nuestras percepciones de la enfermedad a la de los pacientes. O lo que es lo mismo, de poco nos va a servir tanta evidencia si no escuchamos a los pacientes, ni tomamos las decisiones de forma compartida con los verdaderos protagonistas de esta historia.

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