(BMJ) Paracetamol y asma infantil. Veredicto: no culpable

Se ha publicado en la sección Research de la página web del British Medical Journal un interesante estudio, titulado Paracetamol use in early life and asthma: prospective birth
cohort study
, cuyo objetivo ha sido determinar si la administración de paracetamol en los primeros meses de vida es un factor de riesgo independiente para sufrir asma durante la infancia. El tema es relevante por dos motivos: paracetamol es el analgésico más utilizado en pediatría  tal y como comentan los autores de este estudio (a pesar de su sabor amargo que hace que su administración se convierta, a veces, en un acto heroico) y porque el asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia. La guía de asma infantil disponible en GuiaSalud habla de una prevalencia en torno al 9% en  adolescentes y niños (en éstos, con una tendencia creciente). Por otra parte, el estudio viene a añadir nuevas evidencias a las que aportó en su día el programa ISAAC, que tantos comentarios provocó en los blogs  a éste y al otro lado del charco. Echémosle un somero vistazo a ver si podemos aclarar esta espinosa cuestión…

Metodología: estudio prospectivo de cohortes en el que participaron 620 niños con historial familiar de enfermedades alérgicas (definido como familiares de primer grado con ezcema, asma, rinitis alérgica o una alergia alimentaria grave), en los que se documentó el uso de paracetamol desde el nacimiento hasta los 2 años de vida mediante 18 encuestas telefónicas realizadas cada 4 semanas hasta las 64 semanas y, más tarde, a las 78 semanas y a los 2 años. En las encuestas se registró el número de  episodios, días de administración e indicación. La cohorte se siguió hasta los 7 años. La variable de resultado principal fue asma infantil, establecido mediante un cuestionario a los 6 y 7 años. Fueron variables secundarias las sibilancias, rinitis alérgica, eczemas o dar positivo en la prueba cutánea de alergia, realizada a los 6, 12 y 24 meses, utilizando como alergenos leche de vaca, huevos, cacahuetes, ácaros, centeno y escamas de gato.

Resultados: el 51% de los niños tomaron paracetamol en las primeras 12 semanas de vida y el 97% en los 2 primeros años. Se hizo un seguimiento entre los 6 y los 7 años del 80% de la cohorte estudiada, el 30% de la cual padecía asma. El incremento de la frecuencia de uso de paracetamol se asoció débilmente con un incremento del riesgo de padecer asma (OR sin ajustar 1,18; IC95% 1,00-1,39). Tras ajustar por la frecuencia de infecciones respiratorias, la asociación desapareció (OR 1,08; IC95% 0,91-1,29). La utilización de paracetamol para indicaciones no relacionadas con el árbol respiratorio no se asoció con el asma (OR cruda 0,95; IC95% 0,81-1,12).

Conclusiones de los autores: en niños con un historial familiar de enfermedades alérgicas, no se ha observado asociación alguna entre la administración de paracetamol en los primeros meses de vida y la aparición de enfermedades alérgicas, tras ajustar los resultados por las infecciones respiratorias o cuando el uso de paracetamol se restringió a las infecciones no respiratorias. Estos resultados sugieren que la administración precoz de paracetamol no incrementa el riesgo de padecer asma.

Fuente de financiación: Dairy Australia, CRC for Asthma, VicHealth, National Health and Medical Research Council y Nestlé Australia.

Comentario: el programa ISAAC, un estudio observacional de diseño transversal encontró en su día una sólida asociación entre la administración de paracetamol en los primeros meses de vida y el desarrollo de asma infantil. Este estudio, con una descomunal muestra, dejó un reguero de cartas al director con dudas sobre su diseño: por ejemplo, las infecciones respiratorias son tratadas a menudo con paracetamol. Y un historial de este tipo de infecciones, es un factor de riesgo de asma. O dicho de otra forma, hasta la presente no se ha podido determinar si la asociación observada se debe al fármaco o a la enfermedad de base para la que se administra. El ISAAC y el estudio que hoy nos ocupa son buenos ejemplos de las grandezas y miserias de los estudios observacionales. Ni que decir tiene que este estudio de cohortes ha tenido como principal objetivo confirmar o cuestionar los resultados del estudio transversal. Con una muestra muy inferior, destacamos su carácter prospectivo y el férreo control de las variables de confusión más importantes. Y como principal limitación, pero no la única, que no deja de ser un estudio observacional. En resumidas cuentas, hemos dado un paso adelante y ahora sabemos que cuando se tiene en cuenta la indicación, la asociación paracetamol-asma se evapora. Una buena noticia que disipa temores anteriores, pero no los elimina por completo. Como hemos oído tantas veces en las pelis americanas,  el veredicto es de no culpable. La absolución definitiva, tendrá que esperar.

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