(Aten Primaria) ¿Qué piensan -de verdad- los médicos de familia de la MBE?

Esta semana hemos conocido una interesante iniciativa denominada Internet en la consulta: una necesidad, que reclama el acceso abierto y sin restricciones a Internet desde las consultas de los profesionales sanitarios, en base a las necesidades de formación, información, comunicación y participación que todos tenemos. Ni que decir tiene que Sala de lectura se ha adherido a la iniciativa, conscientes como somos de que la red de redes es uno de los motores de cambio que necesitan nuestros renqueantes servicios de salud. Quien quiera comprobarlo, que se dé una vuelta por Twitter y busque a sus compañeros, sus blogueros favoritos o simplemente, a profesionales con sus mismas inquietudes. Descubrirá una gran comunidad en la que fluye el conocimiento y se comparten todo tipo de experiencias. Concide esta iniciativa con la publicación en Atención Primaria de un estudio que ha llamado poderosamente nuestra atención. Con el título ¿Qué pensamos los médicos de familia sobre la medicina basada en la evidencia? Un estudio con grupos focales, su objetivo ha sido explorar las actitudes de una muestra de médicos de familia hacia la MBE, su utilización y las barreras para su tratamiento en atención primaria. Caramba. ¿Cuáles serán esas actitudes? ¿Y a qué barreras harán referencia? Pues pasa y descubrámoslo juntos. No tiene desperdicio…

El estudio, de carácter cualitativo, se realizó mediante dos grupos focales en los que participaron 19 médicos de familia del Servicio Murciano de Salud,  con/sin formación previa en MBE y desempeñando una actividad asistencial en el ámbito de la atención primaria. En la tabla 1 se describen las características de los participantes. Así mismo, se recoge un esquema general del estudio (pág. 509), cuya metodología es explicada con detalle en el texto.

En cuanto a los resultados, los participantes encuentran la MBE una herramienta útil que facilita el acceso a la información, disminuye la incertidumbre y reduce la variabilidad de la práctica clínica. No obstante lo anterior, se considera que la MBE es compleja, incapaz de resolver todos los problemas de la práctica clínica y flota en el ambiente la preocupación por la posible pérdida de status de la experiencia en la toma de decisiones clínica.

Los participantes reconocen que no suelen utilizar las herramientas que nos proporciona la MBE habitualmente. Se reconoce poca inquietud para buscar información y los compañeros, continúan siendo el principal recurso para resolver las dudas. Además, se hace palpable la existencia de brecha digital y como otras barreras para su aplicación, se aducen la falta de tiempo, las barreras idiomáticas y la falta de apoyo institucional.

Por último,  para revertir la situación, los médicos de familia piden disponer de tiempo dentro de la jornada laboral para la formación y una mejor organizacion de las consultas.

Comentario: aunque en este estudio hayan tomado parte médicos de familia, no creemos que los resultados hubieran sido muy distintos si se hubiera hecho con otros profesionales sanitarios. Su mayor virtud es que hace una fantástica foto de la situación actual: una foto en la que aparecen las grandezas y miserias de nuestra Sanidad y también, las nuestras propias, como profesionales. La MBE  se sigue viendo como toreo de salón por muchos de nuestros compañeros. Los mismos que reconocen la brecha digital. Y, ojo, la brecha de conocimiento. Esto, sin ser novedoso no deja de ser una incómoda realidad. Si algo destila este estudio es la necesidad de cambiar modelos: tener Internet en la consulta, a estas alturas, nos parece algo elemental. Pero no olvidemos que la parte más importante del fonendo es la que se sitúa entre las olivas. Es decir, no olvidemos el factor humano y trabajemos con los rezagados para mejorar este panorama. El mensaje de hoy es que regenerar la atención primaria pasa por actualizar los modelos organizativos y, posiblemente, algunas prioridades.  Pero también nuestros conocimientos y actitudes. ¿Hay alternativa? Si, claro. Resignarnos y dejar que la variabilidad, la incertidumbre y la ignorancia campen por sus respetos en nuestros centros de trabajo. En otras palabras, tú, que has leído hasta aquí y estás impregnado de un evidente sesgo de selección, ya sabes que, una vez más, toca tirar del carro. Eso, si queremos avanzar y reivindicar ante la Sociedad el rol científico y el liderazgo del conocimiento sanitario propio de la atención primaria. En caso contrario, este inmenso nicho ecológico será ocupado por otros. Así es la vida.

6 comentarios

  1. No, Elena. No tiene dueño. Ni lo tendrá. Lo que hay son personas que manejan ciertas técnicas de aprendizaje y docencia (no olvidemos el origen de esto) y otras que no. Y, posiblemente, esas diferencias tengan consecuencias más allá de las curriculares.
    Por cierto, los FAP ya podemos ir tomando buena nota de este estudio… ;)

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  2. El problema es que nuestro sistema sanitario no facilita -ni premia- el que sus profesionales mejoren su formación. O se hace gracias al apoyo «desinteresado» de la industria (no sólo la farmacéutica) o se hace con el esfuerzo personal y fuera de la jornada laboral. Y si al final da igual estar o no al día…. pues eso, que «mejor llegar al centro de salud a las 9:00 y saltarse la sesión de equipo, que total, para que venga el farmacéutico a contarnos el mismo rollo de siempre». Y no hablemos de la situación en atención especializada. Todos tenemos una responsabilidad en revertir esta situación: las aautoridades sanitarias y equipos directivos, los técnicos encargados de proporcionar esa información que mejore el conocimiento y las habilidades en MBE y los propios médicos. Difícil, difícil…

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    • Gracias por tu comentario, Cecilia. Nadie dijo que fuera fácil, pero en el área del conocimiento que nos movemos y en el tiempo que nos ha tocado vivir, no estar actualizado puede signficar que los profesionales (ojo, no solo los médicos) queden incapacitados para trabajar. Nadie en su sano juicio subiría a un avión cuyos pilotos «llegan a las 9:00», se saltan las actividades de formación/actualización y dan sobradas muestras de ineptitud. Sin embargo, otros parecen -parecemos- tener bula. De momento, la formación queda de lado de la ilusión, la profesionalidad y la conciencia de cada uno de nosotros. De momento, digo. Porque no creo que la Sociedad nos permita hacer en este ámbito lo que nos dé la gana mucho tiempo más. Ni a nosotros, como individuos, ni a nuestras empresas.

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      • Hola Carlos,
        Ojalá sea cierto eso que dices de que las cosas tendrán que cambiar necesariamente. En cuanto a los profesionales sanitarios en cuestión, yo me he referido a los médicos porque el artículo hablaba de ellos, pero por supuesto que la situación es igual (o incluso quizás peor, no lo sé) para el resto: enfermeros, farmacéuticos, etc. Saludos.

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