(Aten Primaria) Guías de práctica clínica: cuestiones previas

Una de las experiencias más gratificantes en nuestra carrera profesional ha sido trabajar -y seguir trabajando- codo con codo con los psiquiatras. Sí, ya lo sabemos: tienen fama de ser una especie de ogros, entre autistas y chiflados, que lo hacen todo por la manga y según su santa experiencia. Pero la realidad es bien distinta: como en cualquier colectivo, hay profesionales al cabo de todas las herramientas 2.0 y que navegan por las procelosas aguas de la MBE con el viento de popa. Echándole un vistazo a portales como Psicoevidencias, tenemos una prueba palpable de a qué nos referimos. Esta introducción viene a colación de que en el último número de Atención Primaria, se ha publicado un estudio titulado Opiniones de médicos de atención primaria, psiquiatras y psicólogos acerca de las guías de práctica clínica para la depresión. Un estudio cualitativo exploratorio, cuyo objetivo ha sido conocer las opiniones sobre las guías de práctica clínica de un grupo de los mencionados profesionales  (n=31) mediante la realización de una serie de entrevistas individuales y grupales. De los resultados obtenidos, destacamos lo siguiente:

-Los participantes definieron qué es una GPC en función de 3 dimensiones polarizadas: su utilidad (desde algo útil, hasta una intrusión de la gestión en la clínica); su contenido (desde el consenso de expertos, hasta la mejor evidencia disponible) y la obligatoriedad de su uso (desde obligatorio, hasta orientativo en la práctica clínica)

– Cuando se les pidió que citaran una GPC de depresión, los médicos de AP no citaron ninguna (sí algunas recomendaciones del ICS o la scmFYC), mientras que los psiquiatras conocían, por ejemplo, las del NICE o la APA.

– Entre las ventajas de disponer de una guía (tabla 2) se mencionaron: que agiliza la toma de decisiones y da seguridad a nivel personal, al paciente y a nivel jurídico. En cuanto a los inconvenientes, destacamos: el escepticismo sobre su contenido y objetividad, la desconfianza sobre su aplicabilidad, los conflictos que aparecen entre evidencia y experiencia, el hecho de que se consideran en el ámbito de lo ideal y que su presentación es poco práctica.

Como conclusión, los autores apuntan a que se han observado creencias erróneas y actitudes de desconfianza hacia las GPC que pueden suponer una barrera más importante y previa para su implementación que no la escasa difusión de las mismas.

Comentario: acostumbrados como estamos a desguazar revisiones sistemáticas o ensayos clínicos de compleja metodología, puede parecernos que este estudio es calderilla bibliográfica. Pero no. Es oro molido. En primer lugar, destacamos su pertinencia, ya que pone el dedo en una dolorosa llaga: ¿porqué no se utilizan las GPC de depresión? el estudio desvela un puñado de respuestas sinceras, que se resumen en una frase: porque no tenemos muy claro qué es una GPC. Y como todo aquello que se desconoce y se ve como una injerencia de los jefes, un ejercicio teórico de popes que, por ende, están a años luz de la clínica diaria, crea recelo, desconfianza. A todo lo anterior, le sumamos la particular visión que algunos tienen de la MBE: así, parafraseando a Luis XIV, proclaman eso de que l’evidence c’est moi. Y si no coincide lo que leo con lo que hago, ni me lo planteo y rechazo lo que me es extraño. Que este estudio se publique a finales de 2.010, le puede partir el corazón a más de uno. Pero veamos el vaso medio lleno: no podemos solucionar un problema si no reconocemos su existencia. O lo que es lo mismo, aplicado al caso que nos ocupa: no podemos tirarle las guías a la cabeza a los clínicos sin hacer con ellos el ejercicio previo de explicarles, como mínimo, en qué consisten, cómo se elaboran, qué alcance tienen, qué limitaciones, cómo pueden beneficiar a los pacientes o mejorar su práctica clínica. Como guías hay muchas, no estaría de más aprovechar aquéllo del Pisuerga para darles herramientas que les permitan evaluarlas y distinguir las basadas en la evidencia de las basadas en cualquier otra cosa. Si alguno pensaba que estaba todo el trabajo hecho, que con las GuiaSalud, el Twitter y los blogs esto iba a ser a piece of cake, se habrá dado de bruces con la realidad. Sin duda hemos avanzado muchísimo. Pero a Sísifo le quedan que subir muchas, muchas piedras…

6 comentarios

  1. Estimado Carlos, nuevamente enhorabuena por la entrada y de paso darnos a conocer Psicoevidencias. Como siempre leerte es un placer. Ya que aún no puedo twittearte, te comento, te charlo, se lo digo a los colegas y lo tengo en mi blogroll.
    Un abrazo.

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